miércoles, 30 de diciembre de 2015

La exclusión residencial.

      Vamos a dedicar la entrada de este mes a una cuestión relacionada con la diferenciación residencial, pero más difícil de apreciar en el espacio urbano: la exclusión residencial.
      La exclusión residencial puede definirse siguiendo a Cortés (2004) como la situación en la que se encuentra un grupo de población que reside en viviendas que no cumplen unos requisitos mínimos en lo tocante a su adecuación, accesibilidad, estabilidad y habitabilidad. Y son tres las situaciones de exclusión residencial que podríamos identificar (Raya, 2010): grave (no hay acceso a la vivienda), moderada (precariedad en las condiciones de habitabilidad de la vivienda, o un gasto en ella superior al 50% de los ingresos), y leve (carencia de equipamientos básicos por causas económicas). De las tres, la información censal nos permite trabajar la exclusión moderada por precariedad en las condiciones de habitabilidad de la vivienda, desde el momento en que contamos con información acerca del estado del edificio en el que se sitúa ésta. Y suponemos que tan sólo las viviendas situadas en edificios en buen estado no presentarán condiciones precarias de habitabilidad, a diferencia de aquellas otras situadas en edificios en mal estado o en ruinas.
      A la vista de lo anterior, efectivamente podemos ver cómo diferenciación residencial y exclusión residencial están en cierta forma relacionadas, puesto que la primera se centra en la distribución de la población según el estado del edificio, y la segunda lo hace en la distribución de la población en el espacio urbano. Y como, aunque relacionadas, no dan cuenta del mismo fenómeno, los resultados de su estudio pueden indicar situaciones contrapuestas.
      En el número de julio-diciembre de Estudios Geográficos de 2015 ha salido publicada una investigación sobre esta cuestión, aplicada a Andalucía, y sus resultados muestran cómo, en el periodo 2001/2010, los niveles de diferenciación residencial de los inmigrantes laborales (1)  han disminuido en la práctica totalidad de los municipios objeto de estudio. Esto es, el incremento de inmigrantes laborales que se ha producido en la última década ha tenido lugar sobre bases espaciales amplias, la práctica totalidad de las secciones censales de los municipios ha acogido a este tipo de población.
      Sin embargo, la evolución de la exclusión residencial es justamente la contraria. En un contexto de disminución, tanto en términos absolutos como relativos, de las viviendas situadas en edificios en estado deficiente, malo o ruinoso, la presencia de inmigrantes laborales en ellas se ha incrementado. Esto es, son los españoles los que se han beneficiado de la mejora del parque residencial de los municipios objeto de estudio, mientras que los inmigrantes laborales continúan abocados en gran medida a obtener vivienda en la parte baja del mercado inmobiliario, lo que implica una sobrerepresentación en aquellas que presentan problemas de habitabilidad.
      Pareciera, por tanto, que efectivamente los inmigrantes laborales se distribuyen en la práctica totalidad de las secciones censales de los municipios objeto de estudio, al tiempo que se concentran, a su vez, en las peores viviendas de dichas secciones censales.
(1): Se consideran inmigrantes laborales aquellos cuya nacionalidad no es la correspondiente a los países más desarrollados, en Andalucía principalmente África, América del Sur y, más recientemente, Rumanía.
Para saber más:
      -Cortés Alcalá, L; Menéndez García, M. V., y Navarrete Ruiz, J. (2004): "La vivienda como factor de integración social de los inmigrantes". Documentación Social, 132, pp.121-155.
      -Natera Rivas, J. J. (2015): "Más dispersos pero más excluidos. Análisis de la evolución de la diferenciación y exclusión residenciales de los inmigrantes económicos en Andalucía". Estudios Geográficos, LXXVI, 279. pp.609-632. doi: 10.3989/estgeogr.201522
      -Raya Díez, E. (2010): "Aplicaciones de una herramienta para el diagnóstico y la investigación en exclusión social". Documentos de Trabajo Social, 48. pp.117-136.