En muchas ocasiones, en la literatura los términos
segregación residencial y diferenciación residencial se emplean como sinónimos,
cuando, en realidad, no son exactamente lo mismo.
Veamos: por segregación se entiende la separación
residencial de subgrupos dentro de una población mayor, mientras que
diferenciación residencial hace referencia a una desigual distribución en el
espacio urbano de los grupos sociales, comoquiera que estos se definan. Ambas
definiciones son muy similares, así que, ¿por qué es, entonces, importante
diferenciar entre ambas? Pues básicamente por las connotaciones negativas que
el término segregación tiene implícitas. Cuando nos referimos a segregación, es
inevitable asociar el término a toda una serie de connotaciones sociales
negativas: nos referimos a una realidad en la que hay segregados y segregadores,
una práctica voluntaria que da como resultado una mezcla imperfecta de la
población urbana, una existencia de áreas urbanas fuertemente diferenciadas por
las características sociales de sus habitantes.
Tanto es así que el diccionario de la lengua define
segregación como “acción y efecto de segregar”, mientras que la tercera
acepción de segregar es, según el mismo diccionario, “separar y marginar a una
persona o grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales”.
En contraste, el uso del término diferenciación no tiene
estas connotaciones, es más, la propia evolución natural de la ciudad trae
aparejadas situaciones de diferenciación residencial: pensemos, por ejemplo, en
el hecho de que la población más envejecida tiende a estar localizada en los
centros urbanos –especialmente si en ellos no se han registrado procesos de
gentrificación-, mientras que la periferia es asiento de la población más joven.
Así pues, ¿segregación o diferenciación? Personalmente,
prefiero el término diferenciación, máxime cuando, como geógrafo estoy más
interesado en la propia distribución espacial desigual de los grupos de
población en el espacio, que en las motivaciones sociales conscientes –se es
que las hubiera-, que dan como resultado esa distribución desigual.
Para saber más:
-Rodríguez
Vignoli, J. (2001): “Segregación
residencial socioeconómica. ¿Qué es? ¿Cómo se mide? ¿Qué está pasando?
¿Importa?. Serie Población y Desarrollo 16. CEPAL. 77 págs.
-Brun, J., y Rein, C. –eds.- (1994): La segregation dans la ville. Concepts et measures. Ed. L´Harmattan. París.
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