domingo, 1 de febrero de 2015

¿Segregación o diferenciación?


En muchas ocasiones, en la literatura los términos segregación residencial y diferenciación residencial se emplean como sinónimos, cuando, en realidad, no son exactamente lo mismo.
Veamos: por segregación se entiende la separación residencial de subgrupos dentro de una población mayor, mientras que diferenciación residencial hace referencia a una desigual distribución en el espacio urbano de los grupos sociales, comoquiera que estos se definan. Ambas definiciones son muy similares, así que, ¿por qué es, entonces, importante diferenciar entre ambas? Pues básicamente por las connotaciones negativas que el término segregación tiene implícitas. Cuando nos referimos a segregación, es inevitable asociar el término a toda una serie de connotaciones sociales negativas: nos referimos a una realidad en la que hay segregados y segregadores, una práctica voluntaria que da como resultado una mezcla imperfecta de la población urbana, una existencia de áreas urbanas fuertemente diferenciadas por las características sociales de sus habitantes.
Tanto es así que el diccionario de la lengua define segregación como “acción y efecto de segregar”, mientras que la tercera acepción de segregar es, según el mismo diccionario, “separar y marginar a una persona o grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales”.
En contraste, el uso del término diferenciación no tiene estas connotaciones, es más, la propia evolución natural de la ciudad trae aparejadas situaciones de diferenciación residencial: pensemos, por ejemplo, en el hecho de que la población más envejecida tiende a estar localizada en los centros urbanos –especialmente si en ellos no se han registrado procesos de gentrificación-, mientras que la periferia es asiento de la población más joven.
Así pues, ¿segregación o diferenciación? Personalmente, prefiero el término diferenciación, máxime cuando, como geógrafo estoy más interesado en la propia distribución espacial desigual de los grupos de población en el espacio, que en las motivaciones sociales conscientes –se es que las hubiera-, que dan como resultado esa distribución desigual.
 
Para saber más:
-Rodríguez Vignoli, J. (2001): “Segregación residencial socioeconómica. ¿Qué es? ¿Cómo se mide? ¿Qué está pasando? ¿Importa?. Serie Población y Desarrollo 16. CEPAL. 77 págs.
-Brun, J., y Rein, C. –eds.- (1994): La segregation dans la ville. Concepts et measures. Ed. L´Harmattan. París.

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