lunes, 28 de marzo de 2016

La diferenciación vertical.

       La inmensa mayoría de los estudios sobre diferenciación urbana, y los instrumentos empleados para su cálculo, consideran que la ciudad es bidimensional, se extiende de norte a sur, de este a oeste. Pero en realidad el espacio urbano es tridimensional, puesto que las ciudades incluyen edificios de vivienda en altura, incluyen bloques de apartamentos. Cuando estos apartamentos se ofrecen a la totalidad del mercado de la vivienda, y presentan características diferentes según la planta en la que se encuentran, puede aparecer un tipo distinto de diferenciación social, la denominada diferenciación social vertical. Un tipo de diferenciación que implica la cohabitación, a veces voluntaria, de clases. Por tanto, en ella el proceso de distancia social resulta ser más importante que el propio referente espacial.
       La diferenciación vertical ha recibido mucha menos atención que la horizontal, puesto que en el contexto anglo-americano, donde se gestaron los primeros estudios sobre diferenciación residencial, y los índices para medirla, este tipo de diferenciación es bastante poco importante. Es más, se podría afirmar que la diferenciación social vertical se desarrolló en ciudades occidentales, como París o Viena. Por ejemplo, el modelo parisino consistía en una división social vertical con la burguesía en los pisos más bajos –con lujosos apartamentos-, con apartamentos o habitaciones más pequeñas y peor equipados conforme se ascendía por las escaleras hacia los pisos superiores, donde vivían criados y trabajadores manuales, tal y como se aprecia en la siguiente ilustración.


       Esta diferenciación es en parte el corolario de la elección de la clase media, en diferentes países de la Europa occidental y central, de continuar residiendo en el centro, pese a los importantes cambios producidos por el desarrollo industrial. Esta elección, facilitada en algunos casos por una masiva intervención pública para remodelar el centro, ha producido una pauta socio espacial diferente de la correspondiente a la ciudad angloamericana, donde las clases medias han optado por residir en localizaciones suburbanas, dejando a los trabajadores, las minorías y los recién llegados a la ciudad, el centro.
La diferenciación vertical, pese a existir, no es comparable a la horizontal en términos de  su impacto social y su importancia, pero aún así se ha indicado (Leontidou, 1990) que es una de las características distintivas de alguna de las grandes ciudades de Europa del Sur. Por ejemplo, en Nápoles (Döpp, 1968) y Montpellier (Laquerbe, 1967) sí existía diferenciación vertical, cohabitando la clase media y la trabajadora en unos edificios que fueron construidos para ese fin de cohabitación; la clase media ocupaba los primeros y segundos pisos, y la trabajadora el sótano y los pisos superiores, en línea con el modelo parisino. Por otro lado, en las ciudades gentrificadas se registraría otro tipo de diferenciación, donde la clase más pudiente vive en los áticos y pisos superiores de los viejos edificios rehabilitados, y los pisos inferiores, con poca luz, están ocupados por trabajadores, inmigrantes y profesionales de bajo nivel, un modelo que sería aplicable a las ciudades italianas.
En la actualidad, la mayor parte de los estudios sobre diferenciación vertical se han centrado en ejemplos griegos, especialmente Atenas (por ejemplo, Maloutas, 2007), pero, indudablemente, es una cuestión que merece la pena estudiarse, para acrecentar nuestro acervo de conocimientos sobre una característica probablemente distintiva de las ciudades del Sur de Europa.

Para saber más:

Döpp, W. (1968): “Die Altstadt Napoli: Entwicklung und Structur”. Marburger Geographishe Schriften 37.

Laquerbe, J. (1967): « La population des quartiers historiques a Montpellier ». Economie Meridionale
60.4, 1–7.

Leontidou, L. (1990): The Mediterranean city in transition. Cambridge University Press, Cambridge.


Maloutas, T. (2007): “Segregation, Social Polarization and Immigration in Athens during the 1990s: Theoretical Expectations and Contextual Difference”  International Journal of Urban and Regional Research  Volume 31.4 DOI:10.1111/j.1468-2427.2007.00760.x

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